Redescubriendo sensaciones

Permítanme contarles un poco de la preparación para este maratón.

El año pasado fue un viaje de descubrimiento por muchas razones.  Era mi primer maratón. A partir de marzo, cada fondo era la mayor distancia que había corrido en mi vida.  Enfoqué mi preparación a aprender a escuchar a mi cuerpo y aprender a manejar una estrategia de carrera (cuántos geles llevar, cuándo tomarlos, calcular mi hidratación, etcétera).

Además, tenía muchos factores externos para mantenerme motivado: las colectas, la presión social de quedar bien ante amigos y familiares, el saber que tenía que rendir el día de la carrera, etcétera.  De paso, mi entrenamiento estaba siendo supervisado (tenía a Katalin como mi entrenadora personal).  Y el día de la carrera estaba rodeado de miles de aficionados que, durante toda la carrera, gritaban mi nombre para apoyarme (por eso uno imprime su nombre en la playera con la que corre). 

A final de cuentas, toda la estructura que fui creando a mi alrededor estaba hecha para mantenerme enfocado en el objetivo y completar el maratón. Aunque tenía la motivación interior para prepararme y completar el maratón, puse varias redes de seguridad por si en algún momento esa motivación desaparecía.

Este año he tratado las cosas sean muy diferentes. Ya no derivar mi motivación de una causa, del apoyo que otros me dan o del miedo estar pagando sesiones de entrenamiento personal para nada.  Este año voy solo en mi entrenamiento. Y este año iré solo el día de la carrera porque estaré corriendo por mi cuenta, fuera de Londres y sin aficionados.

Photo by Caroline Cagnin

Pero ya tuve la experiencia de correr el maratón. Ya sé de qué viene el entrenamiento, porque lo he vivido: fondos que se incrementan cada semana, sesiones de intervalos, días de simulacro de carrera, etc. No tengo la experiencia para ponerme yo solo un programa de preparación, pero puedo apoyarme en alguna aplicación tal como hacen miles de corredores en el mundo (este año descubrí y estoy usando Runna).

Y precisamente hoy, que estaré corriendo el fondo más largo (sí, el día de las 20-22 millas) quiero compartirte lo que he redescubierto.

Mi entrenamiento es diferente porque ahora sí tengo un tiempo objetivo para completar la carrera.  Si el año pasado acabé en 6:06:04, este año debo terminar en menos de 6 horas y, si se puede, en menos de 5:45.  Por eso,, a diferencia del año pasado, mi entrenamiento se enfoca más en velocidad.

Y eso abre una dicotomía: cuando entreno velocidad siento el esfuerzo del entrenamiento de otra manera. Corro menos que hace un año, pero termino más cansado (por el hecho de tener que mantener un paso).  

Al mismo tiempo, los fondos se vuelven un viejo conocido. Como en ellos no hay un objetivo específico de velocidad, el ir corriendo distancias cada vez mayores es reconocer un terreno previamente pisado. Es volver a un lugar conocido aunque en diferentes condiciones.  

Faltan 3 semanas.  Apenas anteayer completé el fondo más largo y ha comenzado el taper. El próximo fin de semana habrá que correr 21 kilómetros.  Luego habrá que correr 13. Y el 27 de abril habrá carrera.

Curiosamente, aunque tengo identificados varios lugares para correr, aún no defino cual será mi ruta.

Comentarios

Entradas populares