La expo

El miércoles previo al maratón fue el día donde me pegó con tubo el darme cuenta que había llegado el día.  Ese día fui al Excel de Londres (un centro de convenciones) a recoger mi número de corredor.  El evento está pensado en corredores y patrocinadores (ya verán porqué). 

Primero, la entrada estaba decorada con un contador mostrando el tiempo que faltaba para arrancar la carrera. 


 

A la entrada había decenas de mostradores donde llegábamos los corredores para mostrar un código QR (que nos mandaron la semana anterior para autentificar nuestro registro) y una identificación para poder recibir su número. Una vez validados mis datos, me entregaron la bolsa de plástico donde podría mis cosas el día de la carrera (en estos eventos, los corredores pueden dejar sus cosas en camiones para luego recogerlas pasando la línea de meta).  Además pusieron una etiqueta con mi número de corredor, ola de salida y número de camión para dejar la bolsa.  Finalmente, imprimieron el número de corredor y le pegaron el chip.  Todo arreglado.

Bueno, no.  Como se imaginarán, los patrocinadores quieren posicionar marca y los corredores queremos algo más.  Ya con el número, el flujo de personas te lleva a la tienda de New Balance (el patrocinador de ropa y calzado) donde vendían de todo: tenis, calcetas, sudaderas oficiales, camisetas, shorts... Eso sí, los precios eran muy altos (¿o quién pagaría 85 libras por unos shorts?).

Después venían muchísimos stands acomodados alrededor de cuatro puntos de atención para todos los corredores.  Por una parte, había una pared azul con los nombres de quienes ya han completado los 6 majors (los 6 maratones más importantes del mundo: Berlín, Boston, Chicago, Nueva York, Londres y Tokio). Una especie de homenaje a cientos de corredores que, me imagino, se repite en cada major.

Luego, una pared con las tres medallas que podían ganarse el día de la carrera: la  del maratón, la  de los 6 majors y la de los London Classics.  La medalla de los 6 majors es para quienes completan los 6 majors reciben una medalla especial simbolizando a los seis maratones (y el nombre de ese corredor se agregará a la pared azul de la expo).  La medalla de los London Classics es para quien completa los 3 grandes eventos deportivos en masa que se organizan cada año en Londres: el Maratón, el Ride London 100 (una carrera ciclista de 100 millas que empieza y termina en Londres) y el Swim Serpentine (una competencia donde hay que nadar 3.2 kilómetros en el lago artificial de Hyde Park).

Además, estaba una pared enorme con los nombres de los más de 50 mil corredores registrados para el maratón.  Es casi un ritual donde los corredores vamos y buscamos nuestro nombre para poder tomarnos la selfie con el número.


El cuarto punto focal es un escenario donde, a lo largo del día, hay presentaciones para los corredores.  Unas enfocadas en el entrenamiento, otras enfocadas en consejos para el día de la carrera, además de discusiones con algunos corredores de élite invitados (Paula Ratcliffe, por ejemplo).

Entre los muchos stand, había de todo.  Había stands de maratones que buscan incrementar su participación: Sevilla, Valencia, Frankfurt, Erbil (sí, la capital del Kurdistán iraquí).  Además estaban los de agencias de viajes especializadas para eventos deportivos o centros de entrenamiento. Tampoco podían faltar los de ropa deportiva, calcetas, geles y alimentos para la carrera y prácticamente todas las marcas que venden zapatos especializados en pruebas de fondo: Hoka, Brooks, Saucony, On Running, Kiprun, etcétera.

Después de recorrer algunos stands caí en la tentación y acabé llenando mi bolsa con algunos accesorios para la carrera: una taza conmemorativa, imanes para sostener el número en vez de seguritos, un cinturón de corredor con una bolsa más amplia que la que tenía y unos shorts para correr (por los que pagué 15 libras).

Ya para salir, había una pared con las imágenes de la medalla.  Ahí conocí a una pareja de mexicanos de Guadalajara. El tenía todo arreglado para correr pero, según me contó, tuvo un accidente dos semanas antes del Maratón y se rompío varias costillas. Con eso no podria correr pero, como ya tenían todo pagado, aprovecharon para venir a Londres.  Fueron ellos quienes me tomaron la siguiente foto.


Ya con todas mis cosas, pasé al último stand: una serie de pantallas gigantes donde uno podía tomarse una "selfie" con una leyenda del atletismo británico.  A esta leyenda tuve la oportunidad de verlo (de lejos) en la Villa Olímpica en Londres 2012 y fue ahí donde empezó su leyenda ganando los 5000 y 10000 metros planso (cosa que repitió en Río 2016). Además, cuando dejó las carreras de medio fondo, compitió por unos años en maratones y logró el bronce en el Maratón de Londres en 2018 y el oro en el Maratón de Chicago ese mismo año.  Sí, hablo de Sir Mo Farah:


Antes de cerrar esta publicación, quiero regresar a algo que mencioné más arriba: fue ese día donde me pegó con tubo que el día había llegado. Cuando llegué a casa y empecé a acomodar el  número con mi ropa para correr fue el punto donde, de alguna forma, ya no ví al maratón como un evento que iba a ocurrir en el futuro. No.  Ese evento ya estaba aquí.  

 


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