Hablemos de autismo - posibles señales de autismo
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Fotografía de Polina Kovaleva |
Como siempre, te pido que, si no has leído mi publicaciones anteriores respecto al autismo, te pido que al menos leas donde pongo las bases del lenguaje que quiero usar al hablar de autismo.
Ya he dicho que el diagnóstico de autismo debe ser a través de un equipo multidisciplinario y que el proceso no debe hacerse a la ligera. Desafortunadamente, puede haber muchas fuerzas contraponiéndose y que dificulten se identifiquen señales de autismo. Las agrupo según las personas que más interacción llegan a tener con los niños:
- Maestros y personal educativo. Por un lado, vamos a los que van a desconocer del autismo (o incluso minimicen su existencia) y que, pese a tener señales claras que un niño pudiera ser autista, no tomen ninguna medida o atribuyan esas señales a cualquier otra condición. Por otro lado, están los que van a sobreidentificar autismo y hasta terminen, erróneamente, "diagnosticando" al niño por mostrar alguna señal aislada, sin que se sepa si realmente tiene autismo.
- Padres de familia. Esta parte es mucho más compleja. Vamos a tener a quienes les preocupe cualquier señal y de inmediato quieran sugerir el niño es autista y quieran se le revise. Habrá quienes sean más cautos en solicitar un diagnóstico. Pero también hay quienes, como parte de la negación ante algo adverso, van a negar de forma irracional que el niño pudiera ser autista, pese a tener evidencias claras que algo no anda bien.
Así que, querido lector, permíteme darte un consejo (el cual hago más detallado en mi conclusión):
Si identificas en tu hijo alguno de las señales que enumero más abajo, te pido no lo "diagnostiques" de inmediato. Al contrario, observa para ver si esas señales son recurrentes o incluso constantes. Observa para ver si hay otras señales y, solo hasta entonces, inicia un proceso de diagnóstico. Por otro lado, si tienes varios signos visibles ante tí, es mejor inicies un proceso de diagnóstico aunque después resulte en que no hay nada que diagnósticar.
A grandes rasgos, podemos agrupar esos signos en varios grupos:
- Problemas de comunicación e interacción social. Piensa en un niño que no se interesa por otros niños (o alguna otra persona en el mismo entorno) o cuyas interacciones no se conforman con el lenguaje usado. Puede ser un niño que no hace contacto visual con casi nadie, puede ser un niño que no quiere participar en juegos con otros niños o incluso rehúya a la presencia de otros. O es posible que eun niño no pueda entender las palabras fuera de su sentido literal (por lo que el sarcasmo o otras formas de expresión no significan nada para ellos) o que no sepa elegir las palabras correctas para communicarse y termine diciendo cosas socialmente inapropiadas (por ejemplo, cuando un niño no tiene tacto y le dice a la amiga de su madre: "señora, usted se ve muy gorda").
- Conductas repetitivas o restrictivas. Esta señal se manifiesta de muchas maneras. Es muy común que personas con autismo tengan dificultades para salirse de una rutina. Esto es porque el mundo puede parecer extremadamente confuso e impredecible cuando no hay un patrón que les parezca predecible. Además, pueden tener ciertos movimientos muy repetitivos, como el agitar las manos. Para muchas personas autistas, la incertidumbre o cambios fuera de la rutina son fuentes de ansiedad (extrema en muchas ocasiones). Además, el origen de la ansiedad puede estar en el cambio en sí o en una manifestación de él (por ejemplo, es posible un niño se adapte a un cambio de escuela, pero que batalle con el cambio del modo de transporte a la escuela).
- Hipersensibilidad o hiposensibilidad. Este tema es muy extenso y lo he tratado en esta publicación. Sin embargo, quiero recalcar que las señales de hiper- e hiposensibilidad muchas veces pasan desapercibidas porque perdemos de vista que hay más de 5 sentidos (lo cual también traté en la publicación "Hablemos de autismo - Experiencias sensoriales".
- Intereses o hobbies muy intensos y enfocados. Una persona con autismo suele desarrollar intereses muy enfocados en ciertas cosas. Eso les permite aprender mucho y hasta convertirse en expertos. Sin embargo, ese enfoque es un arma de doble filo en la vida académica o profesional. Pueden desempeñarse de forma sobresaliente en los temas que les interesan, pero ignorar por completo aquéllos que no. Las consecuencias suelen incluir un desempeño muy inconsistente en el colegio o en la vida laboral.
- Ansiedad extrema. Las personas con autismo pueden tener muchas dificultades para afrontar y manejar situaciones inesperadas o que salen de su zona de confort. En ocasiones, el mismo temor a que esto suceda basta para desencadenar una crisis de ansiedad. Por eso es común que desarrollen una serie de rutinas muy rígidas y mecanizadas. Eso les da cierto grado de control para regular su ansiedad. Es importantísimo ayudar a las personas autistas a encontrar mecanismos que les permitan identificar lo que desencadena la ansiedad y desarrollar estrategias y mecanismos de autorregulación. De no ser así, el riesgo que la ansiedad limite su vida y afecte su salud mental es muy alto.
- Crisis y retraimiento emocional. Cuando una persona con autismo no puede regular sus emociones o sensaciones, es probable la crisis escale al punto que se genere una crisis emocional. En los niños se manifiestan por reacciones físicas de desesperación, como gritos, pataleo, llanto incontrolado, etc. Muchas veces esas reacciones pueden confundirse con un berrinche (lo que incluso puede desencadenar en juicios de otras personas). En ocasiones, la persona con autismo empieza a retraerse en lugar de manifestar una crisis. Ese retraimiento puede ser igualmente frustrante y desgastante para la persona con autismo porque, mientras las emociones serán las mismas, el hecho que no haya una manifestación evidente va a limitar la atención que pongan otros para ayudarle.
Ahora, estos signos pueden presentarse de muchas formas. A veces son contradictorios (una misma persona puede ser hipersensible a ciertos ruidos, pero hiposensible a la luz), a veces aparecen de forma aislada y a veces los signos van encadenados uno con otro, por ejemplo, la sensibilidad a ciertos sonidos puede causar ansiedad, lo cual lleva a movimientos repetidos, lo cual retroalimenta la ansiedad, desencadenando en una crisis emocional...
También es común que un niño con autismo "esconda" algunos signos (hay niños que se comportan de una forma en casa, pero de otra forma en la escuela), lo cual dificulta la identificación y el diagnóstico. Finalmente, algunos signos aparecen de forma natural en ciertas etapas del desarrollo infantil (por ejemplo, la ansiedad que puede tener un niño en su etapa de miedos a la oscuridad) o pueden ser denominadores comunes con otras condiciones (por ejemplo, un tic puede ser una conducta repetitiva, pero también puede indicar que la persona padece del Síndrome de Tourette).
Por eso quiero concluir pidiéndote, querido lector, que si eres padre de familia o colaboras en la educación y formación de niños, sigas estos consejos (que :
- Familiarízate con los signos que pueden indicar autismo. Si quieres más información, recurre a páginas como la CDC (en español), la National Autistic Society. Tristemente, las ligas que google muestra para el IMSS y la Secretaría de Salud en México no funcionan (al menos al momento que preparé esta publicación).
- No trates esta lista de signos como una lista de verificación donde deban de aparecer todos o un determinado número de signos. No olvides un niño autista puede mostrar pocos o muchos signos.
- Si ves a un niño que manifiesta alguno o varios de estos signos, obsérvalo con más detenimiento y por varias semanas. Si observas que esos signos aparecen de forma más o menos consistente, acércate a un especialista. No sólo se trata de buscar un diagnóstico, sino también que aprendas técnicas y estrategias de apoyo para ayudar al niño.
- Evita etiquetar al niño como autista si no hay un diagnóstico. Eso va a permitir que tú y las personas allegadas al niño puedan manejar mejor cualquier diagnóstico que venga. Finalmente, pocas cosas desaniman más que asumir tener una y que, tanto tú como tu familia,
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