Hablemos de autismo - Experiencias sensoriales

Hay demasiada tela de donde cortar cuando hablamos de autismo.  Llevo varias semanas haciendo una lista de temas y debo elegir entre refinar aún más la lista o ponerme ya a escribir.  El principal reto es que no soy un experto para poder escribir de autismo y que mis palabras puedan ser una referencia para cualquier padre de familia.  Pero sí puedo hablar de mi experiencia como padre y, con eso, aspirar a que estas publicaciones sean de ayuda para otros padres.

Como siempre, te pido que, si no has leído mi publicaciones anteriores respecto al autismo, te pido que al menos leas donde pongo las bases del lenguaje que quiero usar al hablar de autismo.

Hoy voy a hablar de la experiencia sensorial.  A muchos se nos enseñó que el cuerpo humano tiene 5 sentidos: vista, oído, olfato, gusto y tacto.  En realidad, se sabe tenemos 7 sentidos.  Además de los anteriores, hay que agregar el equilibrio y la propriocepción (o la autoconciencia del cuerpo).

Creo no es necesario elaborar respecto a los 5 sentidos más conocidos, pero quiero dedicar unas líneas a los otros dos porque hay muchas cosas que solo tienen sentido hasta que los analizas y los pones en el contexto de un niño con autismo.  Fue justo hasta que tomamos los cursos que tomamos como parte del proceso que llevó al diagnóstico de nuestro hijo que me cayó el veinte de muchos patrones de conducta de nuestro hijo.

Fotografía de Polina Kovaleva


Sentido del equilibrio

Querido lector, muy posiblemente estés cómodamente sentado leyendo estas líneas.  ¿Sientes que se mueva el piso bajo tus pies?  ¿Sientes la necesidad de moverte?  El sentido del equilibrrio nos ayuda a percibir el movimiento del cuerpo y ajustar, mediante movimientos pequeños e involuntarios, la posición del cuerpo respecto al entorno. El sentido del equilibrio nos permite caminar sin caernos, saltar, percibir movimiento en un vehículo.  Anatómicamente, está en el oído interno donde als estructuras permiten al cerebro identificar el movimiento del cuerpo en general.  En pocas palabras, el equilibrio nos da información sobre la posición del cuerpo (y su movimiento) respecto a nuestro entorno (sin necesidad de pistas visuales).


Sentido de la propriocepción

Pensemos en este sentido como la autoconciencia de nuestro cuerpo.  ¿Dónde están tus manos? ¿Sujetando el teléfono o el teclado de la computadora?  El tacto te dice lo que estás tocando, pero la propriocepción de dice cómo están posicionados tus brazos.  ¿Cómo sabes si tu brazo o pierna está estirado o doblado? ¿Cómo sabes si se está moviendo?  La priorpiocepción te permite identificar todo esto.  Esa conciencia permite tener un marco de referencia de dónde están distintas partes del cuerpo, permitiendo usarlas (o protegerlas) según haga falta.  Un buen ejemplo es cuando reaccionamos por reflejo ante una amenaza y retraemos una mano o una pierta. 


¿Cómo influyen los sentidos en una persona con autismo?

Piensa en cada uno de los siete sentidos y busca una situación donde los estímulos que recibes son tantos, que te saturas.  Eso es hipersensibilidad en su forma más básica.  Luego está la hiposensibilidad, donde no recibes estímulos suficientes y necesitas buscarlos.  Por ejemplo, cuando pones música y buscas subirle el volumen cada vez más alto (muchas veces para callar o esconder otros ruidos).

Imagina a un niño que es hipersensible al ruido.  El niño sale a un centro comercial con la familia y el bullicio de la gente se convierte en un ruido exasperante que le lleva a perder control. Lo que era una tarde feliz de convivencia familiar se ha convertido en un estado de crisis donde el ruido provoca al niño un ataque de nervios (o una crisis de histeria en toda forma).

La hipersensibilidad puede manifestarse de muchas maneras, pero siempre es por la inhabilidad del niño de filtrar y procesar estímulos de diverasa intensidad. Es decir, un estímulo leve (por ejemplo. un roce) va a sentirse desproporcionadamente más intenso de lo que es..  Por ejemplo:

  • Vista: los objetos brillantes pueden aparecer distorsionados ante un niño.  Otra manifestación muy común es por las noches porque el niño tendría problemas para dormir por culpa de cualquier luz que entre en su habitación,
  • Olfato: algunos olores (incluída la comida) dejan de ser agradables y son tan intensos que causan repulsión por parte del niño. 
  • Tacto: el niño puede molestarse muchísimo con las etiquetas de la ropa y busca quitársela.
  • Gusto: el niño no toleraría sabores medianamente fuertes, afectando su dieta y apetito.
  • Propriocepción: el niño tiene dificultades para controlar sus movimientos, por ejemplo, detenerse al correr.
  • Equilibrio: el niño se marea con mucha facilidad.
  • Oído.  Dejé este ejemplo hasta el final porque puedo dar un ejemplo concreto en esta publicación.  Primero que nada, un niño hipersensible puede percibir los sonidos con demasiada intensidad, haciendo que cualquier actividad humana esté llena de ruidos insoportables.  También, el niño puede perder la capacidad de discernir entre diferentes sonidos (lo cual le dificulta escuchar y entender a otras personas).  El siguiente video ilustra lo que escucharía un niño autista con hipersensibilidad auditiva 


Pero no todo acaba ahí.  Está el fenómeno opuesto: la hiposensibilidad.  En estos casos, un niño puede no reaccione a estímulos porque no solo lo suficientemente intesos.  Por ejemplo:

  • Vista: percepciones inadecuadas de profundidad o donde todos los objetos aparecen más obscuros de lo que realmente son.
  • Olfato: el niño no percibe olores lo cual puede llevarle a lamer objetos tratando de descubrir su verdadero olor (no olvidemos el olfato y el gusto trabajan de la mano).
  • Tacto: el niño puede tener un umbral del dolor muy alto o no reaccionar a estímulos que deberían ser dolorosos (con el pelígro implícito de estas situaciones).  También es posible el niño busque estímulos como embarrarse cosas para poder sentir una textura.
  • Gusto: el niño soportaría alimentos condimentados o picantes, o incluso buscaría llevarse a la boca objetos no comestibles.
  • Propriocepción: un niño puede pararse demasiado cerca de otras personas debido a su inhabilidad de percibir la posición de su propio cuerpo.  También puede batallar al moverse entre obstáculos y chocar continuamente con ellos.
  • Equilibrio: el niño puede requerir movimiento de forma contínua, ya sea corriendo, saltando, girando sobre sí mismo, etc.
  • Oído:  el niño puede comportarse como si tuviera sordera parcial o buscar activamente lugares con mucho ruido.

Aquí no acaba la cosa.  Tenemos que entender que una persona con autismo va a tener reacciones distintas a diferentes tipos de estímulos, Entonces puede que tengas combinaciones de hiper- e hiposensibilidad con varios sentidos en una sola persona.  Por ejemplo, un niño que no soporte ruidos espontáneos y altos (como el de percusiones) pero que le guste el ruido provocado al arrastrar las uñas sobre el pizarrón.  También es posible que una misma persona sea hipersensible con algún sentido pero hiposensible con otro.

Con eso espero sea más fácil entender cómo una persona con autismo puede ser poco o muy sensible a distintos estímulos.

Finalmente, quiero dedicar un par de líneas a la autorregulación.  Una persona neurotípica no va a tener el menor problema de autorregularse.  Si un lugar le parece ruidoso o brillante, podrá tomar medidas para alejarse o mitigar el estímulo.  Si el día es muy brillante, sacará gafas de sol.

Pero las personas con autismo no siemore son capaces de autorregularse. Es decir, si les falta (o sobra) un estímulo, no van necesariamente a ser capaces de tomar acciones que satisfagan esa búsqueda (o huída) de un estímulo.  Eso  nos lleva (casi invariablemente) a situaciones donde la persona con autismo pueda entrar en crisis por la falta (o sobra) de estímulos. 

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