Recordando el maratón. La carrera.

Antes de contarte de lo que ocurrió pasando la meta, deja te cuento cómo fue la carrera.

El punto de partida es en el sureste de Londres, en área llamada Blackheath, justo detrás de Greenwich Park.  Básicamente es la parte más alta de una loma, donde hay un área verde muy grande pero ni un solo árbol (lo que que acá llaman "green").  Ahí hay cuatro líneas de salida, cada una con su área donde los corredores pueden congregarse (un par de semanas antes nos avisaron por correo el área y hora de salidas asignados para cada uno de nosotros).


El punto de partida está muy bien pensado: hay tres estaciones de tren/metro cercanas y uno solo elige la que queda más cerca del área de salida que corresponde.  Sin embargo, el hecho que el área está en "loma pelada" tiene su gran incoveniente: si hay viento o hace frío, se siente más. 

Uno como corredor llega cargando lo menos posible.  El comité nos da una bolsa transparente donde cabe perfectamente una mochila, pero hay que entregar la bolsa unos 45 minutos antes de empezar a correr. Eso significa que uno está casi 1 hora aguantando el frío y un viento helado que cala.  Por eso muchos corredores llevaban puesta ropa vieja para donar (había botes para recolectarla junto a la salida) y otros simplemente usaban bolsas negras para taparse del aire (literal, las hicieron un chaleco).

Siguiendo consejos de última hora, dejé en la mochila una Coca Cola, además traía una botella con una bebida para celebrar en la meta y mi ropa para después de la carrera (sabía que, si terminaba a una hora decente, podría tener acceso a un baño con regadera cerca de la meta).

Mi bolsa y la mochila, listos para ser entregados en la salida.

Después de la helada espera, los corredores fuimos entrando en una de las 8 áreas de contención donde nos iban juntando por grupos de salida (me tocó el grupo 17 de la salida azul). Finalmente llegó el momento y poco a poco fuimos acercándonos a la línea de partida. En lugar de detenernos y esperar un pistoletazo salida, simplemente empezamos a trotar hasta que cruzamos la salida.


Hay que decir que las cuatro líneas de salida del maratón van juntándose poco a poco y están pensadas de modo que todas tengan un recorrido idéntico (así que no importa de donde salgas, al final terminas corriendo los 42,195 metros.

Del recorrido, además del ambiente, hay cinco imágenes que se me quedaron grabadas.

La primera fue ver muchas banderas de mexicanos en el recorrido. Tan solo en los primeros 20 kilómetros conté 4 o 5 puntos con mexicanos.  Obviamente, todos apoyando a quien vieran con la bandera mexicana (y como verán en el video más abajo, yo traía una en mi gorra. 

La segunda fue la de Jason Bird, un corredor que no quiso correr disfrazado, como muchos hacen.  El decidió correr el maratón y reacudar fondos para Great Ormond Street Hospital cargando una lavadora a sus espaldas. Sí, una lavadora. Completa.  Y no solo eso. Pueden usar su número de corredor (20252) para consultar su tiempo: terminó el maratón en 6 horas 52 minutos.  Les dejo el video y una selfie a media carrera.


Mis respetos para Jason.

La tercer imagen fue llegar a Tower Bridge. La marca del medio maratón está justo al pasar el puente, con lo que sirve de refrencia que, aunque uno esté "cerca" (a unos 7 kms) de Buckingham Palace, aún falta la mitad de la carrera (hay que correr primero en dirección opuesta hasta llegar a Canary Wharf y Millwall, donde finalmente me topé con el muro). Ahí mismo hay una pantalla gigante donde mostraban a los corredores los mensajes que sus familiares y amigos les fueran dejando a través del app del maratón.

 

La cuarta imagen fue mi familia. Tuve la fortuna que mi mamá viniera de México a verme correr mi primer maratón y ella, mi esposa y mis hijos me esperaban por ahí del kilómetro 23.Además, uno de mis hijos decidió esa mañana dibujar en un cartón la bandera mexicana (y para alguien de 6 años, le quedó muy bien).  Más delante volví a verlos, esta vez en el área reservada para Ambitious About Autism, por ahí del kilómetro 40. El poder compartir este logro con ellos simplemente no tiene precio.

La bandera que dibujó mi hijo

La quinta imagen fue el hambre y un huevo escocés (ojo con la ausencia de la preposición, es huevo escocés, no huevo de..).... Pero esta anécdota se las dejo para otro día.

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