Reflexiones de un Remembrance Sunday

Ya he contado en alguna ocasión que, al correr, es posible crear un espacio mental donde, mientras corres, reflexionas.

Hoy fue uno de esos días.  Mientras hacía el fondo de esta semana, pasé junto a donde estaba por llevarse a cabo la ceremonia del Remembrance Sunday.  Y ver los preparativos dio pie a la reflexión que quiero compartirles hoy.

Primero dejen les de el contexto de la ceremonia.  Se conmemora el segundo domingo de Noviembre, a las 11 AM.  Se lleva a cabo simultáneamente en Londres y en casi cada poblado a lo largo del país. La gente se reúne para recordar a los caídos en las guerras donde participó el Reino Unido y para agradecer a los veteranos por su servicio y sacrificios por la patria.

El Remembrance Sunday es básicamente un espejo del "Remembrance Day", que es el día oficialmente dedicado a recordar los sacrificios de los miembros de las Fuerzas Armadas británicas y de la población civil en tiempos de guerra (la diferencia es que, al ser domingo, es más fácil que la gente participe).  

El primer Remembrance Day fue en 1919, precisamente para recordar a los caídos en la Primera Guerra Mundial y se conmemora con dos minutos de silencio "a la decimoprimer hora del decimoprimer día del decimoprimer mes".  Pongo la hora y el día entre comillas porque precisamente ese es el texto que se firmó para el armisticio que puso fin a los combates en la Primera Guerra Mundial.  Finalmente, el Remembrance Day fue instituido a tiempo para el primer aniversario del armisticio.

Con el paso del tiempo, aparecieron formas muy específicas para conmemorar este día.  Primero, en 1920 se inaguró el Cenotafio en Whitehall (centro de Londres) y se depositó al soldado desconocido en su tumba en la Abadía de Westminster.  Ambos monumetos fueron creados por iniciativas paralelas y no relacionadas.

El Cenotafio es un monumento a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial y que, con el paso de los años, fue rededicado a los caídos en la Segunda Guerra Mundial y todas guerras posteriores donde han participado las Fuerzas Armadas británicas.  Es ahí donde el Rey (y antes la Reina) deposita cada año una ofrenda floral de flores de Amapola (la Amapola del Recuerdo) para recordar a los caídos.  Es ahí donde el Reino Unido recuerda a sus soldados caídos.

Photo by David Bartus

La Tumba del Soldado Desconocido se convirtió en ese punto donde cada familia puede recordar a sus familiares caídos en combate.  Vale la pena leer la historia de cómo surgió la idea de crear esta tumba y de todo el proceso, desde la elección del soldado que iba a ser enterrado, el protocolo para llevar los restos del solado desde Francia a la Abadía y el simbolismo que hay detrás de cada objeto y decisión involucrados en el proceso.

Pero estas conmemoración no está limitada a Londres.  Casi cada poblado en el Reino Unido tiene un monumento recordando a sus soldados.  Cada año, a las 11 AM del 11 de Noviembre, se guardan dos minutos de silencio.  No importa si estás en la oficina o en el tren.  Unos momentos  antes de las 11 AM, habrá un aviso en el sistema de perifoneo invitando a guardar esos dos minutos de silencio.  Y lo mismo ocurre el Remembrance Sunday (la diferencia es que más gente puede participar en las ceremonias en sus pueblos).

Y es aquí donde quiero compartir mi reflexión.  En estos casi 20 años que llevo en este país, siempre me ha llamado mucho la atención el respeto que se tiene por los veteranos de guerra y la cantidad de instituciones que existen para asegurarse no les falte nada.  Finalmente, son formas con las que una nación (o cuatro, en el caso del Reino Unido), agradecen el sacrificio de quienes atendieron un llamado "for King and Country" (por el Rey y la patria), a sabiendas que pondrían en riesgo su vida y salud.  Las fundaciones más conocidas son la Royal British Legion y Help for Heroes.  Pero no son las únicas.   A lo que voy, en este país se muestra en los hechos el agradecimiento de la nación por los veteranos de las Fuerzas Armadas.

Con lo ocurrido recientemente en Guerrero recordé los tiempos en los que colaboré en Cruz Roja hace más de 20 años.  Ahí pude ver, de primera mano, las capacidades del Ejército y Marina Mexicanos para ayudar a la población en casos de desastre.  Finalmente, los soldados y marinos ponían en riesgo su salud y su integridad física para ayudar a otros mexicanos, a quienes ni conocían.  Y en ocasiones, fueron los soldados y marinos mexicanos quienes actuaron como fuerza expedicionaria para ir a brindar ayuda humanitaria a otros países: Honduras, tras el paso del huracán Mitch en 1998, Indonesia después del tsunami de 2004 y EEUU, tras el huracán Katrina en 2005.

No hemos peleado ninguna guerra en México desde la Segunda Guerra Mundial. Pero cada año ha habido casos de desastre donde el Ejército y Marina salen a partírsela por la población civil.  En los últimos años, es el Ejército y la Marina quienes arriesgan la vida combatiendo a los cárteles del narco.

No niego que haya casos de abusos de derechos humanos. No niego haya casos de corrupción y hasta de contubernio.  Pero no podemos juzgar a todos por los fallos de unos pocos. Finalmente, un soldado raso va a acatar la orden de su superior.  Ese soldado difícilmente está en posición de cuestionar la legalidad o legitimidad de dicha orden (finalmente, es su oficial superior quien la da).  

Y es aquí a donde quiero llevar esta (larga) reflexión.  Preguntémonosdos cosas: 

  • ¿Tenemos en México las instituciones ciudadanas (ojo: no instituciones políticas) donde cuidemos a nuestros veteranos de las Fuerzas Armadas?
  • ¿Hemos creado, como sociedad mexicana, alguna institución para cuidarles y mostrarles nuestro agradecimiento, o simplemente es algo que (como muchas otras cosas) dejamos que "papá gobierno" sea quien se haga cargo?

Finalmente, nuestros soldados y marinos han, literalmente, puesto el pellejo de por medio para servir a la Nación.  Deberíamos tomar acciones concretas para agradecerlo. 

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