El tigre de la rifa

Si recuerdan esta publicación, ya había entrado al sorteo de números de corredor un par de ocasiones (sin suerte). De hecho, en una ocasión hasta había olvidado que había entrado al sorteo (pasan varias semanas antes que se anuncien los resultados).  Sin embargo, este año fue diferente.  

El comité organizador tuvo una campaña más intensa para recordar a los participantes de años pasados que las inscripciones para el sorteo empezaban al día siguiente del Maratón.  Este fue el empujón final para inscribirme al tiempo que hacía una nota mental: pasara lo que pasara, buscaría correr una maratón antes que terminara 2024.  Si no era el de Londres, tenía en mente otro maratón muy especial.

Sabiendo que las probabilidades de obtener un número eran de 4 o 5%, pensé no tenía nada que perder entrando al sorteo. A final de cuentas, si no entraba, al menos tendría mi tercer sudadera del maratón.

Una vez que envié mis datos y pagué el donativo (que sería mi cuota de carrera si obtenía el número), solo quedó esperar hasta que llegaran los resultados del sorteo (que según eso debían llegar antes terminara Junio).  

A decir verdad, no pasó por mi mente verificar qué pasaba con los resultados hasta que ví que un muy buen amigo entrenaba para un maratón.  Entonces revisé mi correo y ví los resultados aún no salían (ya era 1 de Julio).   Y no sé por qué, pero a partir de ese mommento ya tenía la sensación que algo sería diferente este año.  Y dicho y hecho, el 6 de Junio llegó el correo electrónico confirmando la noticia.

Confirmado: me saqué el tigre de la rifa


Fue unos días después cuando me empezó a caer el veinte: me gané el tigre de la rifa.  La preparación para el maratón será en pleno invierno.  Ya me veo saliendo a hacer fondos de 19 o 20 kilómetros en días tormentosos de febrero.  Justo cuando el cuerpo ya empieza a exigir un poco más de luz de sol, habrá que salir a correr dos o tres horas con frío y lluvia.  Justo en esa época cuando la mente dice está ya harta de vivir casi 5 meses a la sombra.

Varios amigos corredores me han dado un consejo que, creo, valdrá oro: no es la carrera, es el viaje para llegar a ella. Y por eso voy a enfocarme en el viaje. Por eso escribo este blog.

Faltan 240 días.  Querido lector, gracias por acompañarme en este viaje.

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