Esas pequeñas metas: tan cerca y aún así tan lejos
Hoy quiero dejar una pequeña reflexión sobre las metas. A veces nos ponemos un objetivo claro y medible. Un número con el que podemos medirnos. Y eso es bueno para medir el progreso. Finalmente, no podemos cuantificar sin un número. Por mucho que evaluemos de forma cualitativa, el juicio es, a final de cuentas, una opinión. En cambio, el número es un dato duro. Es una imagen nítida que podemos utilizar para crear un juicio basado en algo concreto.
Yo tenía un número para Febrero: 100. Según mi plan de entrenamiento, en Febrero correría 100 kilómetros. Entre el martes y hoy debía correr 10 kilómetros, algo que, a estas alturas, es una bicoca en términos de ejercicio.
Pero no será. El martes elegí pasar más tiempo con la familia y no salí a correr. Pensé recuperar los kilómetros hoy. Sin embargo, hoy preferí cuidarme porque hoy ha habido lluvia constante y con la gripa que me agarró desde el martes, no quiero que un resfriado mal cuidado pare mi entrenamiento más días.
El resultado: estando tan cerca de esos 100 kilómetros, me voy a quedar en 90.3 kilómetros.
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Tan cerca y, aún así, lejos. |
- El martes no agregué kilómetros porque puse algo más valioso por delante: pasar unas horas más con la familia.
- Hoy no agregué kilómetros porque, para llegar al objetivo final, es más importante evitar un resfriado más severo.
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