Mi primer media maratón (la oficial)

Nota: Cuando empecé a redactar este texto, creí sería algo corto. Sin embargo, los recuerdos de la preparación y la carrera empezaron a fluir.  Así que disculpen lo extenso de la publicación.

La preparación

La carrera estaba programada para fines de Marzo, lo que implicaba que el entrenamiento sería en pleno invierno y tendría que aplicar el "te aguantas o te chingas" para acostumbrarme a correr con frío, viento y lluvia.  Hay tres momentos que más recuerdo en mi preparación:

  • El día que hice un fondo de 13k a un paso que sentí cómodo pero fue bastante más rápido de lo que planeaba. Eso me dió a entender que podía esforzarme más en mis fondos para bajar mi tiempo.
  • Una infección respiratoria que me impidió entrenar por dos semanas 1 mes antes de la carrera.  Fue la primera vez que sentí miedo de que una lesión o enfermedad me impidiera hacer la carrera y, literalmente, mandara al trasto el esfuerzo de los últimos meses.
  • El último fondo (dos semanas antes de la carrera).  Ese día corrí 18k y, aunque mi paso era más lento porque aún no me recuperaba de la infección, sentí que iba a poder completar la carrera.  Ahí supe que estaba listo.

La carrera

Mi mamá, que estaba de visita, me acompañó a la carrera.  Fuimos al centro de Londres, pero no recuerdo cómo llegamos.  La salida era sobre Pall Mall (la calle que sale de Trafalgar Square y va paralela a la avenida que va a Buckingham Palace) y fue fácil encontrar la zona que me correspondía.  Como en muchas carreras, los corredores se acomodan según el tiempo que esperan hacer en la carrera, de modo que los más rápidos quedan al frente del pelotón y así se abren espacios para todos los corredores.  A partir de ahí, empecé a calentar un poco y concentrarme en mantener un paso conservador y constante. No quería que me ganara la adrenalina y quemara mis energías saliendo a toda velocidad en los primeros kilómetros y después no poder terminar la carrera.  

Tenía más o menos ubicada la ruta en un mapa mental.  Pasaríamos por varios lugares conocidos y algunos puntos de interés más o menos en qué momento debía estar llegando a ellos. Por ejemplo, el kilómetro 10 era cerca de donde se encontraba mi primer trabajo en Londres. La torre de Londres era el lugar más alejado de la meta (kilómetro 16), pero después de ese punto correríamos paralelo al Támesis hasta llegar al Parlamento para regesar hacia Embankment y entrar a Whitehall.  La meta estabacasi frente a Downing Street.

Iba preparado para la carrera como todo novato: como quería escuchar mi música toda la carrera, traía una cangurera con el celular, una pila externa y dos pares de audífonos inalámbricos. Además, metí en la bolsa ocho geles isotónicos. 

De la carrera en sí les comparto cuatro estampas:

  • La música.  Los organizadores pusieron tres escenarios a lo largo del recorrido donde había bandas de rock tocando. Pero, en el recorrido había un par de escoceses, vestidos con kilt y toda la parafernalia,  tocando sus gaitas.
  • El baño.  Por ahí del kilómetro 12 empecé a buscar un baño.  Estábamos en medio de la City (el distrito financiero) pero era domingo, así que todos los negocios estaban cerrados.  Finalmente, por ahí del kilómetro 15 había varios baños portátiles (y 3 corredores esperaban afuera de cada uno).  Paré momentáneamente mi carrera para atender la emergencia sin considerar que, el simple hecho de haber parado unos minutos tendría un doble efecto opuesto: perdí mi ritmo de trote (y me costó trabajo recuperarlo) pero la misma pausa me repuso algo del cansacio.  Fue hasta el kilómetro 16 o 17 que por fín recuperé el paso.
  • El aplauso.  Al empezar la carrera, no le dí gran importancia a los aplausos del público.  Sin embargo, ya cuando van 14 o 15 kilómetros de carrera, esos aplausos sí tenían un efecto positivo y me daban más ánimos de seguirle.
  • El muro.  Justo en el kilómetro 20, a la altura de Scotland Yard, sentí que ya no tenía fuerzas para continuar.  Precisamente ese tramo había una subida muy ligera, pero se sentía como si tuviera una pendiente de 40°.  Con mucho esfuerzos, logré llegar al Parlamento y aproveché la bajada para recuperar fuerza y así entrar a Whitehall.  En todo ese tramo, las calles estaban abarrotadas de gente. Fue en ese punto donde mentalmente pensé, lo logré y pude dar ese último estirón para llegar a la meta.
Cruzando la meta y presumiendo la medalla.

Al final, mi tiempo fue de 2:36:24.  Más de 15 minutos por arriba de lo que esperaba pero, considerando la infección que tuve un mes antes, creo que fue un buen resultado.

Comentarios

Entradas populares