Mi primer media maratón (la no oficial)

 Sí. Hay más de una media maratón. 

La primera fue en mi cumpleaños en 2016 y fue más una decisión impulsiva que otra cosa.  Era una mañana típica de neblina que se queda todo el día y el plan era quedarnos en casa.  Salí a correr en plan de descubrir nuevas rutas y a ver si juntaba 15k.  En algún punto dí vuelta donde no debía y cuando llegué a los 15k aún estaba a 3k de casa. Con la certeza que juntaría 18k, pensé que, si a medio camino tomaba un camino paralelo, podría llegar a los 20k.... y fue así como, por puro impulso, acabé corriendo 21.2 kms en una fría mañana de Diciembre.  Literalmente, había corrido/caminado 21.1 kilómetros en plan de ínguesuma.... 

Sin embargo, ¡esa misma tarde me arrepentí! El impulso de correr un medio maratón sin ninguna preparación formal me dejó secuelas más allá del dolor muscular: tenía los muslos irritadísimos por el roce de la ropa. Había descubierto uno de los calvarios de los corredores: las irritaciones por el roce con la ropa.

Recuerdo fuimos a cenar mi esposa y yo y, al terminar la cena, ¡no podía pararme de la silla!  Mi caminado al salir del restaurante era una mezcla de pollo espinado con pingüino con hemorroides, ¡literal!  Aún así, tenía una satisfacción por habler logrado algo especial.  

La impulsividad de ese medio maratón no-oficial me hizo darme cuenta que era perfectamente posible correr una media maratón, con la debida preparación.  Unos meses después, me apareció en Facebook la propaganda del primer London Landmarks Half Marathon.  La idea de correr por el centro de Londres y pasar por buena parte de sus puntos de interés fue lo suficientemente atractiva como para que me animara a registrarme.  Al igual que con la Maratón de Londres, tuve la fortuna de obtener un número de corredor en el sorteo abierto (e hice una colecta para una ONG).... pero el relato se los dejo para mañana.

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