¿Y por qué correr una maratón? (primera reflexión)
Voy a agarrar al toro por los cuernos, sabiendo no voy a dar con el fondo de la respuesta en una sola reflexión. Simplemente la respuesta que dé, así de botepronto, no tendrá la profundidad de encontrar el verdadero porqué. Me he hecho esa pregunta ya por varios meses y aún no encuentro la respuesta. Así que voy a dedicar varias publicaciones para tratar de llegar a ella.
Creo que el maratón no es, ni por mucho, la prueba extrema de resistencia (un Ironman o un ultramaratón son, por mucho, más extremos). Pero tampoco es cosa que la mayoría de los mortales pueda hacer todos los días, aunque hay casos que demuestran sí es posible:
- Gary McKee, que se puso a correr un maratón diario en 2022.
- Sir Ranulph Fiennes, quien en 2003, apenas 3 meses después de una cirugía a corazón abierto, corrío siete maratones en siete días en siete continentes.
Sea como sea, el maratón es un ejemplo de esfuerzo personal para algo extremo. Se trata de alejar las fronteras de lo que es hoy posible: hoy no puedo correr una maratón, pero con suficiente preparación, dedicación y constancia, podría hacerlo. Y entonces, esas fronteras de lo posible estarán más lejos de donde están hoy.
La historia de George Mallory refleja esa idea. Sus inicios escalando en Gales y Escocia probablemente sirvieron para abrir sus fronteras de lo posible. No por nada fueron él y Andrew Irvine quienes arañaron la cima del Everest en 1924, antes de desaparecer en la montaña. Nadie llegó tan cerca de la cumbre como ellos hasta que Hillary y Tenzing Norgay hicieron cumbre 29 años más tarde.
Alguna vez un reportero le preguntó Mallory por qué querría escalar el Monte Everest. Su respuesta fue escueta pero clara: "¡Porque está ahí!" Tal vez esa sea una respuesta apropiada para mí. ¿Por qué correr una maratón? ¡Porque el reto está ahí!
Pero el reto no es solo correr y terminar la maratón. Es el viaje que sustenta la carrera. La preparación. Lo que se sacrifica para entrenar. Esos ratos donde seguramente me estaré preguntando en qué demonios estaba pensando cuando me apunté al sorteo.
Eso es parte (pero dudo sea todo) de lo que me motiva a correr un maratón.
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