Las lecciones del segundo maratón

Como contaba la semana pasada, el plan para correr el maratón en el Flitch Way era bueno. Incluso encontré una página donde ví que todavía en 2023 se había organizado un maratón en el Flitch Way. 

El plan, por muy sencillo que parecía, carecía de información en cuatro detalles clave:
  1. Las condiciones que tendría el terreno en los tramos donde no conocía del Flitch Way (más de la mitad del recorrido).  Había llovido a media semana y, en los tramos que sí conozco del Flitch Way, hay areas que posiblemente estuvieran llenas de lodo.  Estaba arriesgando correr en tramos largos llenos de lodo donde ni pudiera mantener el paso e incluso estuviera en riesgo de resbalar y lesionarme.
  2. Detalles precisos de cómo sortear el único tramo del Flitch Way que no es público porque es ahora una zona industrial. Aunque la página del maratón del Flitch Way daba instrucciones de cómo pasar por esa parte del recorrido, la publicación era vieja y daba instrucciones para corredores llegando en la dirección opuesta a la que tomaría (es decir, me servían solo para el tramo de regreso).
  3. Planes de emergencia para las zonas donde no hubiera gente y que estuviera lejos de áreas con gente (o donde pudiera pasar gente seguido).  Aunque en teoría el Flitch es vía pública, no es un sendero pegado a una vía pública o que conecte pueblos, así que era muy probable recorriera tramos largos sin encontrarme con un alma.  En esas condiciones, tendría que tener un plan si tuviera una lesión donde no pudiera acercarme a un lugar donde pueda recibir apoyo.
  4. Posibles cambios de elevación a lo largo del Flitch.  Siendo una antigua vía férrea, esperaba que el camino tuviera pocas pendientes o que éstas fueran constantes (sin cambios en la gradiente).  No contaba que en varios puntos habían retirado los puentes ferroviarios, y había que subir y bajar pendientes inclinadas.
Además, podría violar dos veces la regla cardinal para un maratón: no hagas nada que no haya sido parte del entrenamiento.:

  1. La primera tenía que ver con la ruta misma.  Había entrenado para correr en la calle, no en un sendero.  Si tomaba esta ruta, estaría usando los músuclos de mi pierna de formas para las que no me había preparado. Cuando el terreno es desigual y resbaloso, muchos músculos se contraen de forma no conciente para mantener la establidad al correr. Eso no debería ser problema en un tramo corto, pero el plan era correr el maratón completo en esas condiciones.
  2. Mis tenis son para calle, si el sendero era muy agreste, no eran el calzado adecuado.  Pero no había entrenado con mis tenis para senderismo, así que, si los usaba, arriesgaría ampollas y otras molestias..
A final de cuentas decidí correr el Flitch Way y el resultado lo reflejó. El tiempo oficial fue casi media hora más lento que hace un año. Pero hay que tener en cuenta los factores que eran diferentes:
  • El más importante es que que paré poco más de 20 minutos, primero para acompañar a mis hijos cuando andaban en bicicleta en el parque (por ahí del kilómetro 21) y el equivalente a 6 minutos en otras ocasiones, sobretodo para ver el mapa en el trayecto de ida y cuando me detuve a conversar con el grupo donde estaba la chica que aparentemente había corrido anteriormente el maratón de forma virtual.
  • Tener que ir cargando con 3 litros de agua tanto al inicio como a partir del punto intermedio porque no tendría ningún punto de rehidratación en el camino.
  • Las condiciones del terreno que, sí o sí, impactan la velocidad.
  • Nutrición.  En esta ocasión no sentí el hambre atroz que sentí hace un año.  Sin embargo, en algunos momentos me pasé y sentí el estómago pesado como para intentar acelerar el paso.
  • El impacto sicológico de la falta de público o de otros corredores.  Aunque sabía esto podía ser un factor, jamás me imaginé fuera a pesar tanto.
  • Elevación. Esta fue la mayor sorpresa del día.  El maratón de Londres en general es un recorrido plano o de bajada (tras arrancar en Blackheath, la ruta va descendiendo hasta llegar al Támesis y a partir de ahí el recorrido es relativamente plano). Sin embargo, hay puntos donde hay que ascender unos metros (aunque más delante haya que descender nuevamente).  En total, son 127 metros de ascensos en el maratón de Londres.   Según Strava, mi recorrido del domingo tuvo 213 metros de elevación.  Casi el doble de lo que hubiera tenido en Londres.  
Todos estos factores me ayudan a entender porqué, aunque mi tiempo fue más lento, me sentí más cansado al terminar el maratón en esta ocasión.  Sin embargo, creo que puedo resumir las lecciones en 3 puntos:

  1. Hay que planear la ruta con más tiempo de anticipación. 
  2. Aprendí a nutrirme bien en la carrera, ahora toca aprender a nutrirme lo necesario (y no de más) para no sentir el estómago pesado.
  3. Puedo considerarme "graduado" por haber logrado completar la distancia del maratón solo y con apoyos mínimos. 
Pasó un maratón. Viene un medio maratón en Septiembre y ahí si debo  intentar bajarle de los 2:30 para empezar a sentar las bases de un maratón debajo de 5:30 en los próximos 2 años.  Como decían los adolescentes en mi tierra: ¡Hay tiro!

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